Ébola: del miedo local al pánico mundial
- saramolinadelgado
- 30 nov 2013
- 9 Min. de lectura
Probablemente no estaría escribiendo este ensayo si no fuese porque la epidemia del virus del ébola está afectando al primer mundo.
El ébola es una enfermedad que ha existido en el continente africano desde 1977 según datos de la OMS, pero como muchos otros temas relacionados con África, no ha empezado a cobrar importancia para la gente del mundo desarrollado hasta que no nos ha afectado. Por tanto, no es nuevo que esta enfermedad afecte al continente africano, pero desde diciembre de 2013, cuando apareció un nuevo brote en Guinea, el ébola dejó de ser un problema únicamente de África.
Para entender el pánico que ha surgido a nivel global a partir de esta enfermedad debemos tener en cuenta que no ha sido una de las causas de muerte principalmente en África, que hay muchas más enfermedades en el tercer mundo que afectan a muchas personas y al igual que en el caso del ébola, su cura no ha sido investigada en profundidad puesto que no afectaba a los intereses de los países desarrollados. Esto queda reflejado en las evaluaciones del CORHED (Council of Health Research for Development) que establece que el 80% de la investigación médica se realiza en las enfermedades que afectan solo al 20% de la población.
Este es uno de los temas bioéticos relacionados con este enfermedad, cuando llegó al primer mundo comenzaron a realizarse investigaciones con el fin de curar la enfermedad. Este interés tan exhaustivo por encontrar una cura se debe a que la probabilidad de superar la enfermedad es tan solo un 10%. Esto nos muestra que la enfermedad es tan mortal para ricos como para pobres, en muchos casos de contagio fuera de África, por mucho que hayan intentado salvar la vida de una persona no lo han conseguido. A este lado del océano las personas que han contraído la enfermedad han sido tratados por numerosos médicos y enfermeras y han recibido diferentes tratamientos experimentales para curar la enfermedad; allí por el contrario apenas hay personal que pueda atender a tantos enfermos y no poseen medios ni siquiera para evitar la expansión. Aun así, me gustaría destacar que en algunos programas de televisión he escuchado a raíz del contagio de la enfermera española Teresa Romero que, puesto que en África los médicos están más preparados (en el caso de médicos sin fronteras su portavoz estableció que solo había cuatro contagios entre su plantilla y dos de ellos eran nativos de estos países), porque no les traíamos al primer mundo a curar a los enfermos que pudiesen llegar. Solo tengo una pregunta al respecto ¿Cuán egoístas somos? Es decir, allí la vida de miles de personas corre peligro, apenas tienen medios ni médicos y además de esto ¿Y aún hay gente que pretende quitarles sus médicos?
Queda claro, que para el primer mundo que siempre ha sido tan egoísta con sus iguales en el contienente africano, la vida de estas personas vale nada o poco más de nada. Pero esto no es nuevo, solo tenemos que mirar los datos que nos muestran la Organización Mundial de la salud. A continuación voy a exponer un cuadro sobre las principales causas de la muerte de niños en el tercer mundo:

Fuente: Organización Mundial de la Salud
¿No es increíble que una siempre diarrea cause más de un millón y medio de muertes al año de niños pequeños? Es decir, una enfermedad que aquí, aunque también es peligrosa para los niños pequeños, es difícil que un niño muera a causa de ella. Además de esto, allí es mucho más común puesto que la falta de recursos y de higiene que hay en estos países hace que se contraigan más enfermedades, en este caso, la diarrea es provocada en muchos casos por beber agua que no es potable. Si seguimos observando el cuadro encontramos que ocurre algo similar con otras enfermedades como el sarampión o el tétanos, aquí no son una causa principal de muerte puesto que disponemos de vacunas. El VIH, es el caso más llamativo porque más del 60% de los niños africanos mueren a causa de esta enfermedad. En muchos casos es traspasado a los niños en el parto ya que muchas madres tienen sida y no lo saben, o no pueden hacer nada al respecto y desde luego no tienen métodos anticonceptivos como el preservativo que impidan que pueda ser trasferido a otras personas o quedarse embarazada teniendo la enfermedad.
Sin embargo, no hacemos nada al respecto porque para que nosotros tengamos este nivel de vida, mucha gente tiene que malvivir o morir. Este es un ejemplo aplicable al ébola, si bien es cierto que no tiene cura, como en el caso de estas enfermedades hasta que no ha llegado a afectarnos, tampoco se han molestado en intentar curarlo.
Pero más alla de los intentos por curar estas enfermedades, primero debemos tener en cuenta la dificultad que hay en estos países para encontrar información relacionada con estas enfermedades, es decir, hay muy pocos datos sobre las muertes que se producen en ciertos lugares del mundo. Según la OMS, los datos que tenemos representan un tercio de las muertes que se producen en el mundo, según el informe sobre la salud en el mundo de 2003. Este informe establece que “La existencia de estadísticas precisas y continuas sobre los eventos demográficos básicos son un pilar fundamental de cualquier política sanitaria y publica que se quiera racional. Los sistemas nacionales de registro civil (empleados como referencia) abarcan actualmente menos de la tercera parte de la mortalidad estimada en el mundo. Existen disparidades regionales importantes, desde más del 90% de cobertura de toda la mortalidad de la región de Europa a menos del 10% en las regiones de Asia Sudoriental y de África.”
De hecho, este informe nos proporciona un cuadro en el que podemos ver los datos distribuidos por regiones:

Fuente: Organización Mundial de la Salud
Como podemos ver, en el mundo desarrollado, nos preocupamos por tener datos por las enfermedades, pero no es que en África no se preocupen por esto, es que no tienen medios para registrar las numerosas muertes que se producen en este país. Viendo estos datos podemos preguntarnos si realmente el derecho a la vida es el mismo para todos, si nuestra vida vale lo mismo cuando ni siquiera conocemos un cuarto de las muertes que se producen en el mundo.
Una vez visto por encima el panorama de las enfermedades de África y las diferencias con el primer mundo, veremos que el ébola en concreto no es un caso singular. Es decir, que primero se ignorase hasta que nos empezase a afectar es lo que ocurre con todas las enfermedades, y si no nos afectan, muchas no llegan a investigarse exhaustivamente como es el caso de la malaria.
Centrándonos en el caso del ébola, a continuación adjunto una tabla en la que podemos ver los datos sobre el virus del ébola en África cuando comenzaba a extenderse el pánico por el resto del mundo. Como podemos ver, ya había más de mil quinientos fallecidos por esta enfermedad y casi 6000 personas contagiadas o sospechosas de haberse contagiado.

Fuente: Organización Mundial de la Salud
En este momento, ya teníamos conociemiento sobre al existencia de este brote, pro ni los medios de comunicación ni los gobiernos le daban tanta importancia en ese momento. Sin embargo, empieza a cundir el pánico más adelante cuando empiezan a aparecer casos fuera de África y llega a su climax cuando la primera persona fuera del contienente africano se contagia. Esta persona fue una auxiliar de enfermería del hospital Carlos III de Madrid.
Llegados a este punto me gustaría hablar de la biopolitica, es decir, de como influyen las decisiones de los políticos en la vida de las personas. Trato este tema porque hubo varios sanitarios que advirtieron que en España no teníamos los medios para tratar una enfermedad con tanto peligro de contagio como el ébola, sin embargo, la decisión de los políticos fue la de trasladar al misionero Miguel Pajares a España para tratarle aquí. Este paciente murió poco después de ser trasladado y otro enfermo de origen español, Manuel Garcia Viejo fue trasladado a esapaña siguiendo el mismo protocolo. Teresa la auxiliar que contrajo la enfermedad lo hizo tras la muerte de este último (una vez muerto el enfermo es cuando más riesgo de contagio existe). Sobre el traslado de estos individuos encontramos varias cuestiones, puesto que mucha gente no quería que fuesen trasladados a España. ¿es mas importante no poner en riesgo a toda la población o los derechos individuales de este hombre como ciudadano español a ser tratado por la sanidad española?, es decir, ¿hubiera sido justo dejarle morir lejos de su pais en aras de la seguridad nacional? Yo sinceramente pienso que hubiese sido lo mas sensato, pero no lo mas justo. Una persona que arriesgando su vida en África por ayudar a los demás tiene derecho a ser tratado por la sanidad de su país, creo que se lo debíamos, el mundo entero creo que tiene una deuda con esas personas por tener el arrojo de poner en peligro su vida por preocuparse de la gente que el mundo desarrollado ha dado de lado. Creo que los gobiernos se lo debían pero no en las condiciones que se hizo, es decir, el protocolo de actuación no debía ser correcto o no se cumplió puesto que se puso en peligro la vida de los sanitarios.
Cabe destacar que existe un informe, denominado “Informe relativo a las actuaciones realizadas en el ámbito de la atención a pacientes por enfermedad por virus de ébola en España”. Este informe recalca que tanto el artículo 40.2 de la Constitución Española como la ley 31/1995, de 8 de noviembre de prevención de riesgos laborales, se ocupan de proteger la salud de los trabajadores en el ejercicio de su profesión. Como hemos sabido, esta ley no se ha cumplido puesto que según el Anexo III de la Directiva 2000/54/CEE el ébola es una enfermedad que reclama el nivel de contención 4, mientras que en España el material utilizado era el relativo a un nivel de contención 2 o inferior. Si nos preguntamos porque se hizo esto, la razón es sencilla, por ahorrar dinero al estado. ¿Vale más el dinero que podamos ahorrar que reducir los riesgos de que se expanda una enfermedad mortal? Creo que hay cosas en las que no se pueden reducir gastos, y una de ellas es todo aquello relativo a la seguridad de la vida de las personas, al final lo que nos demuestran es que hay personas que piensan que el dinero es más importante que una vida humana.
Siguiendo con el tema de Teresa Romero, no solo nos llama la atención que se contagiese siemplemente por el hecho de ejercer su trabajo sin que estuviese su su seguridad garantizada, sino que además, el responsable del Consejo de Salud de la comunidad de Madrid atribuyó a esta enfermera la culpa de haberse contagiado. Aquí podemos ver como el cinismo humano sobrepasa ciertos limites; antes de reconocer un fallo que podía haber costado la vida de una persona, se le acusa de haber provocado esa situacion dañando su imagen. Gracias a las investigaciones de los medios de comunicación, que en este caso estuvieron acertados, lo que no puedo decir de otros hechos relacionados con este tema, se dio a conocer que la enfermera siguió el protocolo aunque tuvo un fallo, tocarse la cara. El problema es que los sanitarios que atendieron al paciente no estaban formados correctamente, además de llevar una protección inferior a la adecuada, de como ponerse y quitarse el traje con el que debían entrar en las instalaciones. Siguiendo una línea cronológica de la actuación del gobierno en este tema nos damos cuenta de lo poco que les importaba la salud de estas personas a los políticos que tienen la gran responsabilidad de darles unas directrices que seguir, y que si están eran malas, podía suceder lo que sucedió.
Pero la imagen de Teresa no solo es dañada por este hombre, los medios de comunicación a todas horas durante unos días hablaban del caso de esta mujer, llegando incluso su marido a pedir que respetasen su intimidad. Salio todo tipo de información relacionada con ella, tenia tanto defensores como detractores y estaba en boca en todo el mundo.
El papel de los medios en este asunto ha sido decisivo. No solo han hecho numerosos programas aprovechando la situación crítica en la que se encontraba esta mujer, sino que han llegado a decir en un momento determinado que estaba “a punto de morir” e incluso en un programa llego a anunciarse su muertre. Entramos en otra cuestión ética, los medios alarmaban a la población de una manera descomunal. En este aspecto nos podemos plantear si esto es culpa de la audiencia de los medios, o sea, nuestra culpa puesto que demandamos cualquier tipo de información aunque esté relacionada con la vida privada de una persona. Desde luego, que si esos programas no tuvieran éxito no lo harían pero, ¿Deben los medios darnos todo lo que demandamos a cualquier precio, incluso violando los derechos de la intimidad de varias personas? Yo creo que debe haber un límite.
Fuente: Organización Mundial de la Salud
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