Las relaciones exteriores de la UE
- saramolinadelgado
- 15 sept 2017
- 13 Min. de lectura
Actualmente nos encontramos en un contexto de economía globalizada en el que cualquier movimiento por parte de un país repercute en todos los demás. Europa, como actor en este contexto, no es capaz de defender sus intereses como bloque unido debido a la tradicional política exterior de EE. UU que se había encargado de velar por ellos.
La administración Obama, con una política más laxa, el yihadismo y los terceros actores que intentan ocupar el lugar que antes correspondía a europeos y estadounidenses en el contexto internacional (Arabia Saudí, Irán, China o Rusia) instan a la Unión Europa a trabajar unida para defender su posición fuera de sus fronteras.
Una posición que va a ser defendida con el objetivo de preservar la posición privilegiada de su economía, como veremos a cualquier precio, por encima de los principios y valores que sustentan a esta organización internacional: democracia, libertad e igualdad. Pero esta gran aspiración se va materializando en acciones de un alcance menor, que a continuación pasamos a explicar.

La economía de la Unión Europea: la UE como bloque y las desigualdades de consumo per cápita entre los Estados miembros.
De los 28 países que conforman la UE en la actualidad, no todos poseen el mismo poder o influencia dentro de ella. Sin embargo, a través del Tratado de Lisboa (2009), se pretende que la UE, en su acción exterior, se comporte como un verdadero actor global y exprese, con una sola voz, una única posición en los asuntos relevantes de la agenda internacional.
Con tal fin, este tratado creó un alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (puesto actualmente ejercido por Federica Mogherini, quien también ostenta el cargo de vicepresidenta de la Comisión Europea), un Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE, que es un auténtico servicio diplomático europeo independiente al servicio del Alto Representante de la UE) y, por último, dotó a la UE de personalidad jurídica propia y de capacidad para celebrar acuerdos con Estados y Organizaciones Internacionales.
El papel de la Política Exterior y de Seguridad de la UE consiste en mantener la paz y reforzar la seguridad internacional de acuerdo con los principios de la Carta de las Naciones Unidas; promover la cooperación internacional; desarrollar y consolidar la democracia y el estado de derecho, y respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales.
La UE mantiene asociaciones con los principales actores mundiales y celebra cumbres periódicas con Estados Unidos, Japón, Canadá, Rusia, la India y China. Dentro de sus Estados miembros, datos de Eurostat de principios de año, muestran que el consumo per cápita en los países más ricos de la UE en 2014 fue casi tres veces mayor (141% en Luxemburgo) que en los más pobres (51% en Bulgaria), una diferencia que refleja la brecha en el bienestar de los hogares europeos. Tras Luxemburgo, los países con mayor consumo por persona son Alemania y Austria, seguidos de Dinamarca, Reino Unido, Bélgica, Finlandia, Holanda, Francia y Suecia. La enorme diferencia entre Luxemburgo y el resto de países se debe a que en este país trabajan muchos ciudadanos que contribuyen a engrosar su riqueza pero viven fuera del país, por lo que no cuentan a la hora de calcular qué parte de esta consumen, tal y como indica Eurostat.
Por último, España se situaría en el grupo de los estados miembros con un CIE (Consumo Individual Efectivo) por habitante en torno al 10% por debajo de la media europea, junto con Italia, Irlanda, Chipre.
Gestión de la crisis de refugiados. La UE como actor que aprovecha la situación de Turquía como Estado candidato para convertirlo en un país de refugiados.
La gran afluencia de migrantes y refugiados a lo largo del pasado año es un gran reto para muchos Estados miembros y para la UE. No obstante, también representa una oportunidad, especialmente para los Estados miembros que están experimentando cambios demográficos.
El éxito de su integración requiere, entre otras cosas, una evaluación temprana de sus competencias, un rápido reconocimiento de sus cualificaciones y una formación lingüística adecuada que les facilite un acceso pronto y efectivo al mercado laboral, la asistencia sanitaria y la vivienda. Dada la elevada proporción de niños y jóvenes (aproximadamente el 26 %), los sistemas educativos, en particular, deben adaptarse rápidamente y ofrecer programas específicos de adquisición de competencias básicas y lingüísticas.
En el caso especial de Turquía, como miembro candidato para entrar en la UE debemos analizar el pacto que la UE tiene con este país en materia de inmigrantes. El 90% de los que llegan a Grecia son refugiados y la UE subcontrata a Turquía a cambio de 6.000 millones de euros para que los mantenga. Ambas partes del acuerdo UE-Turquía sobre migración y refugiados decidieron poner término a la migración irregular desde Turquía a la UE y acordaron el 20 de abril de este año unas líneas de actuación adicionales entre las que destaca el hecho de que por cada sirio retornado a Turquía desde Grecia, se reasentará a otro sirio procedente de Turquía a la UE.
El Acuerdo con Turquía se ha realizado a toda velocidad y sin someterse al procedimiento obligado por el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Es, en consecuencia, un Acuerdo contrario -en la forma- a los Tratados que rigen a la Unión desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en diciembre de 2009.
El Acuerdo UE-Turquía sobre devolución de refugiados que hayan ingresado en Grecia desde Turquía es un Tratado internacional contrario a la Convención de Ginebra. Asimismo, ha sido aprobado sin seguir los cauces previstos en los artículos 216 y siguientes del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea para los “Acuerdos internacionales”. También vulnera el artículo 4 del Protocolo 4 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que prohíbe las expulsiones colectivas.
La causa fundamental de la violación de la ley internacional por el Acuerdo es que Turquía no es un “país seguro” para los refugiados provenientes de Siria y otros países en conflicto. Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, tienen documentados casos graves de vulneración de derechos humanos de refugiados sirios por parte de Turquía. Este país no ha firmado el Protocolo de 1967 a la Convención de Ginebra.
Contra el Acuerdo UE-Turquía, que es un acto jurídico del Consejo Europeo, cabe recurso de anulación, por los directamente afectados, ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea de Luxemburgo. También cabe recurso ante el TEDH de Estrasburgo por violación del Convenio Europeo de Derechos Humanos (Protocolo 4), una vez agotadas las vías judiciales nacionales.
Pactos comerciales de Europa con países poco democráticos y que no respetan los valores éticos que cimientan la Unión Europea, como en el caso de la Unión para el mediterráneo o el Consejo de Cooperación del golfo.
Como se expone en el punto anterior, parece que Europa ha dejado atrás sus valores a la hora de gestionar la crisis de refugiados, pero este tipo de actuaciones no se limitan a ese contexto. Actualmente la organización está dando la imagen de una Europa que lucha consigo misma: por una parte, defiende e intenta exportar sus valores fuera de sus fronteras, pero sus intereses económicos siempre se sitúan por delante de estos.
Este es el caso que se da en sus países miembros a título particular como es el caso de España, que por poner un ejemplo, establece relaciones económicas con países poco democráticos como Arabia Saudí. Más allá de la calidad democrática de su sistema de gobierno, hay una cuestión que surge de este tipo de relaciones más vinculada al tema moral.
Y esta problemática es la que se relaciona con algunas relaciones comerciales de la UE como institución. Sus acuerdos comerciales la vinculan con Israel, Pakistán, Líbano, Irán… Y muchos otros. Pero también con organizaciones internacionales como el Consejo de Cooperación del Golfo formado con países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar… Países en los que se viola sistemáticamente los derechos humanos, no se respeta la dignidad de las mujeres, ni a los colectivos LGT, se realizan ejecuciones, etc. Y que además forman parte de la coalición liderada por los saudíes que está bombardeando Yemen cometiendo crímenes de guerra.
Todas estas acciones son contrarias a los valores recogidos por el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea. Y los únicos requisitos que se les ha existido son meramente económicos, nada relacionado con su política interna. De hecho, estos países suministran el 20% de las necesidades energéticas de la unión y en 2015 fueron su quinto socio mas importante, y la UE el primero para ellos.
El euro. Las dos caras de la moneda europea
Desde el inicio, gobernantes de los diferentes Estados que integran la UE, supieron que el proyecto del euro como moneda única, iba a beneficiar a unos países a costa de perjudicar a otros. España, Portugal o Grecia conocían perfectamente que dentro de la eurozona, otros países como Alemania (especialmente) o los Países Bajos iban a salir mucho mejor parados en materia de balanza comercial. Al disponer de la misma moneda, los países del centro de Europa, que cuentan con una industria tecnológicamente superior, podían, por lo tanto, vender fácilmente sus productos a los países de la periferia, cuyos productos no eran capaces de competir, por regla general, con los centroeuropeos.
Entonces, ¿por qué aceptaron la implantación del euro como moneda única países como España, Portugal o Grecia?. Estos Estados, pensaron que las ventajas de adoptar el euro, así como el fácil acceso al crédito, iban a compensar esas desventajas en materia comercial.
La situación en la actualidad es, que en el hipotético caso que volviera el marco alemán, los exportadores alemanes, que representan la mitad del PIB, se volverían mucho menos competitivos y el apreciado superávit que presencia hoy en día Merkel, se contraería, debilitando aún más la inflación. De hecho, un informe de 2013 de la Fundación Bertelsmann estimó que sin el euro, el PIB alemán sería 0,5 puntos porcentuales anuales más bajo hasta 2025 . Esto equivaldría a una pérdida de 1,2 billones de euros hasta 2025, 14.000 euros por ciudadano y costaría 200.000 empleos.
Economía sumergida en la UE: bienes no declarados y economía ilegal
De acuerdo a los últimos datos recopilados por la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, el tamaño promedio de la economía sumergida en la Unión Europea es del 18,4% respecto al PIB.
Bulgaria es el país con mayor porcentaje de economía sumergida (31,9% de su PIB total), seguida de Rumanía y Letonia (29,1 y del 28,5%, respectivamente).Mientras, en el lado contrario, Austria y Luxemburgo son las economías menos afectadas por el capital no declarado: solo un 7,6 y un 8,2%, respectivamente de la proporción de su PIB está sumergido.
¿Cuáles son los bienes mayoritarios declarados como “sumergidos” y cuáles como “ilegales”? En 2014 Eurostat, anunció que el PIB de la UE aumentó un 3,7% tras la introducción de “cambios metodológicos” y de “mejoras estadísticas”, que incluían la contabilización de actividades ilegales como el tráfico de drogas, la prostitución o pasaban a registrar las compras de armas como inversión económica.
Eurostat no especifica el peso de la introducción de actividades ilegales como la prostitución o el tráfico de drogas, pero esa información sí aparece en las estadísticas por países: en España, drogas y prostitución suponen un alza del PIB del 0,85%, según detalló el Instituto Nacional de Estadística (INE) en septiembre de 2014. Fuentes europeas explican que el impacto medio de esas actividades es similar y prácticamente puede ser extrapolable al conjunto de países de la eurozona.
Otra de las prácticas comunes dentro de la economía de los Estados Miembros de la UE consiste en los más que conocidos “paraísos fiscales”. Pequeños países que se caracterizan por el secreto bancario, una baja legislación en materia financiera y la exención de impuestos. Entre ellos destaca Suiza, que encabeza la lista de paraísos desde que en 1934 introdujera el secreto bancario a través de la ley federal sobre bancos de 1934, que debía servir, entre otras cosas, para proteger la esfera privada de los clientes bancarios contra intervenciones injustificadas del Estado. Esta política ha permitido al país centroeuropeo ser uno de los más estables económicamente al atraer del extranjero grandes sumas de dinero no declarado. Otros paraísos fiscales son Gibraltar, Malta o Mónaco, según el último informe de 2016 de la La OCDE (la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, 1961).
¿El comercio o el estado del bienestar? TTIP y CETA: implicaciones y polémica. Posturas a favor y en contra. Consecuencias
El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP por sus siglas en inglés, Transatlantic Trade and Investment Partnership), es un tratado de libre comercio que está siendo negociado entre la Unión Europea y EEUU desde junio de 2013. El acuerdo busca bajar los aranceles, liberalizar nuevos mercados y armonizar la legislación entre ambas potencias. Bruselas, el corazón de la UE, negocia en paralelo un texto similar con Canadá el Acuerdo económico y comercial global con Canadá (CETA por sus siglas en inglés, Comprehensive Economic and Trade Agreement), que serviría como antesala de ensayo del polémico TTIP.
¿En qué escenario se enmarcan ambos tratados y por qué suscitan ambos tanta polémica? Por un lado, el TTIP, de forma simple, es un proyecto para establecer una zona de Libre Comercio entre la UE y Estados Unidos. Ante todo es un peligro democrático ya que está siendo negociado de forma poco transparente y sin tener en cuenta a la propia ciudadanía. Además es totalmente ilógico negociar con EEUU mientras no se ha solucionado el espionaje de la Agencia de Seguridad Americana a millones de ciudadanos europeos.
En segundo lugar, el TTIP amenaza gravemente nuestro modelo social, servicios públicos, agricultura o propiedad intelectual. De aprobarse, supondría por ejemplo que se pudiesen comercializar alimentos o transgénicos hoy en día prohibidos en Europa por considerarse nocivos para la salud o el medioambiente.
Por último, el TTIP quiere poner en marcha un mecanismo de arbitraje para resolver desencuentros entre Estados y empresas. Al considerarse que es un acuerdo que beneficiaría exclusivamente a las élites empresariales a ambos lados del Atlántico a costa de los derechos sociales, laborales y ambientales de la ciudadanía europea y estadounidense, y pese a que la
Comisión Europea (órgano encargado de las negociaciones) niegue sistemáticamente que esto pueda ocurrir, la opacidad con la que se están produciendo las negociaciones, el protagonismo de las multinacionales en éstas, las filtraciones de textos de la negociación y los cambios legislativos últimamente realizados en la normativa europea, apuntan a que el TTIP reforzará la política de recortes, privatizaciones y destrucción de derechos sociales y ambientales.
En segundo lugar, el CETA es considerado el hermano pequeño del TTIP, llegándose a calificar de antesala del TTIP ya que contiene cláusulas muy similares. Su contenido contiene un mecanismo de arbitraje entre inversores y Estados que creará un sistema extra-judicial para demandar las decisiones democráticas de los parlamentos. Permitirá además la entrada de mucha carne de res y de cerdo al mercado europeo, sin quedar claro cómo se garantizará que estas importaciones estén libres de hormonas.
El acuerdo además tiene reservado un apartado dedicado a la liberalización de los servicios. Lo hará utilizando una "lista negativa", lo que significa que liberalizará todos los servicios que no estén incluidos en una lista de excepciones. Uno de los problemas que desde luego no ha sido debatido es el impacto del CETA (pero también del TTIP) sobre las diferentes economías europeas. Los países con economías más basadas en la exportación llegarán mejor preparados que los países cuyo desarrollo se centra más en el consumo interno. Los países del Sur de Europa no se adaptarán a estos tratados de forma tan simple como Alemania, por ejemplo, y perderán en competitividad.
China: el único candidato para sustituir a EE.UU en su hegemonía económica. Papel de la UE en las relaciones comerciales de China
Las relaciones comerciales entre la UE y China se rigen por el Acuerdo de Cooperación Comercial y Económica, firmado en 1985. Desde la perspectiva de los intereses chinos, son tres potencias europeas las que juegan roles específicos pero complementarios en la economía del segundo gigante mundial. Alemania es el principal socio comercial y tecnológico de China. Gran Bretaña aspira convertir la City de Londres en un centro financiero que favorezca el progresivo uso del yuan en las transacciones internacionales. y Francia es otra potencia comercial e inversora bien posicionada en el mercado chino con empresas competitivas en los sectores manufactureros y servicios.
No obstante, entre los tres pilares de la UE, China prioriza las relaciones con Alemania. El país dirigido por la canciller Angela Merkel funciona como interlocutor privilegiado a la hora de resolver los desacuerdos comerciales que puedan surgir entre China y la Unión Europea. Alemania es también el primer inversor europeo en China y, a diferencia de Estados Unidos, desarrolla una creciente cooperación tecnológica que favorece la modernización de los sectores industriales y de servicios del país asiático.
Por lo tanto, se podría afirmar que ambas potencias mantienen una relación simbiótica en la cual Alemania necesita mercados y China precisa la mejor tecnología. Las empresas alemanas producen y encuentran en China un inmenso mercado que ayudó a la industria alemana a afrontar mejor la crisis de la eurozona. Los inversores chinos son bien recibidos y adquieren pymes que con buena tecnología producen productos de alto valor añadido. Ambos países llevan décadas reforzando unas relaciones de confianza que son básicas para hacer negocios en China.
Berlín, París y Londres, en contraste con la posición cerrada de EEUU, tienden ambas manos para atraer las inversiones chinas. En cambio, el acceso europeo al mercado chino sigue afrontando demasiadas barreras. Unas relaciones económicas aún muy desequilibradas.
Productos con los que comercia Europa que están manchados de sangre: coltán, diamantes y otros minerales
Sus singulares propiedades como la superconductividad, el carácter ultrarrefractario (capacidad de soportar temperaturas muy altas), ser un capacitor (almacena carga eléctrica temporal y la libera cuando se necesita), la alta resistencia a la corrosión y a la alteración en general, hacen del coltán el mineral por excelencia para desarrollar nuevas tecnologías como teléfonos móviles, ordenadores, videojuegos, armas inteligentes, medicina (implantes), industria aeroespacial y un largo etcétera.
En África, su explotación ha estado y aún permanece estrechamente vinculada a conflictos bélicos, condiciones de explotación en régimen de semiesclavitud y a desastres medioambientales con repercusiones realmente alarmantes en la fauna local de especies protegidas, como gorilas o elefantes. El Congo constituye el primer productor africano de este mineral (aproximadamente el 80% de las reservas mundiales) y, aunque el origen de la guerra en la República Democrática del Congo no es el coltán, el capitalismo mundial se ha aprovechado de la situación que vive el país. El problema real del coltán tiene ciertos tintes de otra problemática presente en la sociedad contemporánea como son los diamantes de sangre. Las explotaciones del mineral son regentadas por grupo paramilitares locales y favorecen a gobiernos corruptos como el de Uganda. Los grandes beneficios obtenidos por la venta del mineral han financiado conflictos armados en la República Democrática del Congo como el que se continúa luchando desde 1998 por controlar las minas.
Según las Naciones Unidas, el Ejército Patriótico Ruandés ha montado una estructura para supervisar la actividad minera en Congo y facilitar los contactos con los empresarios y clientes occidentales. Traslada el mineral a Ruanda donde lo exporta a sus destinatarios finales, Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Bélgica y Kazajistán. Esta guerra suma actualmente más de 5,5 millones de víctimas, lo que supone el mayor número de muertes desde la Segunda Guerra Mundial.
En materia jurídica internacional, la OCDE adoptó en 2010 las "Directrices sobre la diligencia debida para la gestión responsable de las cadenas de suministro de minerales", que obligan a cada empresa se responsabilice de la adecuación a la legislación del material que ha recibido de su predecesora en la cadena.
Según un informe de Amnistía Internacional, que analizaba 100 de los informes presentados por 1.321 empresas como Apple, Boeing y Tiffany & Co., casi el 80% de las empresas no controlan ni revelan adecuadamente si sus productos contienen minerales procedentes de zonas en conflicto del África Central.
Lo que verdaderamente habría que reivindicar a nivel europeo es que las empresas dejen de comprar minerales que provienen de minas controladas por los rebeldes. Sin embargo, comprar en las zonas donde hay una trazabilidad y está legalizado este comercio, es más caro para las empresas, que deben pagar impuestos a través de un contrato social, para reconstruir el medio ambiente e impulsar políticas sociales y de salud.
Como alternativa a esos teléfonos manchados de injusticia, nació Fairphone, un proyecto que trabaja con materias primas que apoyan economías locales y no milicias armadas a través de minerales que provienen de zonas libres de conflicto en el Congo.
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