Los fantasmas del Palacio de Linares
- saramolinadelgado
- 13 ene 2016
- 5 Min. de lectura

Hace pocos días que fue la noche de Halloween y todos los años, desde que España ha heredado esta fiesta de los americanos, se ha convertido en un motivo para resucitar a sus fantasmas. La ciudad de Madrid cuenta con varios: la dama que pasea por el tejado de la casa de las 7 chimeneas; Ataulfo, el ente que vaga por el museo Reina Sofía asustando a sus guardias, el hombre sin cabeza de la Iglesia de San Ginés… Sin embargo, ya sea por su trágica historia, por la localización tan céntrica donde habita o por su ascendencia de nobleza; posiblemente el fantasma más famoso de Madrid sea la niña Raimunda, que parece ser, se manifiesta ante los atónitos madrileños que osan entrar en el Palacio de Linares.
Si existen estos fantasmas o no, si Raimunda en concreto se encuentra vagando por las dependencias de Palacio, no se ha podido demostrar. Lo que sí se sabe es que la grabación más famosa en la que la escuchábamos decir “mamá, mamá, no tengo mamá”, era totalmente falsa.
Pero antes de seguir con la historia de este fraude, es conveniente conocer mejor lo que pasó en ese Palacio para comprender por qué suscita tanta expectación. El Palacio de Linares se llama así porque ha sido tradicionalmente la residencia de los marqueses de Linares. Está situado en pleno centro de Madrid en Paseo de Recoletos esquina con la calle Alcalá, por lo que la entrada principal de la casa, da a la plaza de Cibeles.
Tras la muerte de los marqueses, el Palacio pasó por diferentes dueños para llegar a parar a manos del empresario Emiliano Revilla, que vendió el inmueble al ayuntamiento de Madrid en 1989. Aunque tuvo distintos propietarios tras la muerte de los marqueses, apenas fue habitado y tampoco hicieron cambios en la decoración y el mobiliario. Cuando pasó a ser del ayuntamiento, el Palacio fue restaurado y se convirtió en la Casa América; y de esta manera continúa hasta nuestros días. Ahora se encuentra abierto al público y en él se hacen exposiciones, debates, presentaciones, etc.
La leyenda dice que un rico financiero, José de Murga y Reolid compró los terrenos en 1872 para construir el edificio del Palacio de Linares. Durante el reinado de Amadeo de Saboya, fue nombrado marqués de Linares. Era heredero de una gran fortuna, pero algo le distinguía del resto de nobles y es que su padre le había prometido que podría casarse con la mujer que él quisiera, independientemente de su condición social.
Un fatídico día se enamoró de una estanquera, tremendamente pobre, y para su sorpresa, su padre no le dejó casar con ella. Por este motivo, fue enviado a Londres, pero a la muerte de su padre y del resto de su familia; se convirtió en el único heredero de la fortuna de los Murga, regresó a su casa y se casó con la mujer que amaba.
Sin embargo, la felicidad duró poco tiempo, porque después de la boda encontraron en la casa una carta en la que su difunto padre le explicaba que su negativa a la boda devenía del hecho de que el ahora marques de Linares era hermano de su propia esposa, la estanquera. Según esta historia, este sería el motivo por el que los marqueses dejaron a un lado su vida social y rehuyeron de sociabilizar con la élite madrileña del momento.
Tras la inesperada noticia, ambos cónyuges se dirigen al papa y éste les emite una bula “Casta Convivere” por la que pueden vivir juntos pero sin mantener relaciones. Según una de las versiones, sin poder resistir la tentación, los marqueses desobedecieron la orden papal y fruto de esto nacería la niña Raimundita. La otra versión que existe dice que la niña ya había nacido cuando se enteraron de su incesto. En cualquier caso, nació deforme y con varios problemas de salud, algo que los marqueses achacaron a su situación pecaminosa y decidieron terminar con la vida de Raimundita. Poco después de esto falleció la marquesa y un año más tarde el marqués.
Tras la muerte del matrimonio, el Palacio fue heredado por su ahijada Raimunda Avecilla, hija de su abogado, al no haber tenido descendencia oficialmente. Tras la muerte de la heredera, el palacio se vende en numerosas ocasiones hasta que pasa a ser del pueblo de Madrid y es durante su restauración cuando la fatídica leyenda de los marqueses de Linares cobra vida después de un siglo de silencio.
La persona que se encargó de resucitar esta historia fue La doctora Carmen Sánchez de Castro que saco a la luz las grabaciones en el año 1990 causando un gran revuelo. Esto hizo a los madrileños recordar la tenebrosa historia de este Palacio que después de tanto tiempo parecía olvidada. Sin embargo, las pruebas de la existencia de Raimundita pronto fueron desestimadas, puesto que poco tiempo después varios expertos la acusaron de fraude.
Varios investigadores como Germán de Argumosa (un importante parapsicólogo español) comprobaron que en las psicofonías lo que se escuchaba era a una actriz, y es que se demostró que fue en la propia casa de la doctora donde se realizaron las grabaciones. En un primer momento Carmen Sánchez no reconoció que todo esto era cierto. Como podemos escuchar en estas declaraciones:
Pero después no tuvo más remedio que reconocer este fraude tan absurdo. ¿Y cuáles fueron los motivos que la llevaron a hacer esto? Resulta que estaba preparando una novela sobre sucesos paranormales ocurridos en el Palacio de Linares, y las psicofonías e imágenes eran la publicidad perfecta para un escrito de estas características.
Tan solo un día después de que aparecieran estas fotos y grabaciones, más de 200 personas acudieron al Palacio para presenciar estos supuestos sucesos paranormales. Esto hizo que tuviera que intervenir incluso la policía municipal para desalojar a todos los curiosos que querían entrar, y es que dejaron el Palacio en un estado deplorable.
A pesar de este duro palo para la credibilidad de aquellos que afirman haber visto fantasmas en la actual casa américa, las investigaciones continuaron y algunas de ellas obtuvieron resultados que fueron aprobados por los expertos y cuya autenticidad fue demostrada, como las psicofonías del ya mencionado Germán de Argumosa y las obtenidas por el equipo de Portoviejo Radio en 1990.
Si hay algo en lo que los expertos estaban y están de acuerdo es en que algo pasa en el Palacio, pero la investigación de la doctora lo que consiguió fue desprestigiar a todos aquellos que afirmaban que así era. Y, aunque los fraudes siempre desprestigian cualquier disciplina, si hay una a la que más afecten los fraudes, esa es la pseudociencia, el mundo de lo paranormal.
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