Memoria de una ex-toxicómana: una historia de lucha, dolor cárcel y supuesta connivencia policial en
- saramolinadelgado
- 10 nov 2016
- 6 Min. de lectura

Marisa García en la ventana de su casa en Vallecas
En ocasiones la realidad supera la ficción, y hay vidas anónimas dignas de ser “dirigidas” por el mismísimo Tarantino. Este es el caso de Marisa (pseudónimo de esta mujer), que después de muchos años huyendo de su pasado como toxicómana decide contar su historia para que ningún otro joven tenga que volver a pasar por lo que ella pasó. Una historia marcada por la desgracia, y las casualidades. Desgracias que la llevaron a una situación extrema y casualidades que la sacaron de ella.
Una persona, un ángel de la guarda de esta mujer y de su pasado como toxicómana decide contar su historia para que ningún otro joven tenga que volver a pasar por lo que ella pasó. Una historia marcada por la desgracia, y las casualidades. Desgracias que la llevaron a una situación extrema y casualidades que la sacaron de ella.
Pregunta: ¿Por qué ha decidido concederme esta entrevista después de tantos años de silencio?
Respuesta: Porque es un tema que está a la orden del día, no sé si la droga será de los que más daño hace mundialmente pero la droga mata. Por eso creo que es un tema de actualidad y que así viene siendo desde hace muchos años, es un tema grave.
P: ¿Qué fue lo que le llevó a caer en las drogas?
R: Tuve la desgracia de que mi marido calló en la droga. Fue un día que sentí que no valía para nada. Pensé no vales para trabajar, tu matrimonio no funciona porque tu marido sedroga, tu hijo no le tienes porque porque lo tiene tu madre.Y cogí mil pesetas y fui a comprarme una papelina de heroína porque me sentí desesperada y hundida.
P: Cuando se metió en este mundo la vida le llevó a vender droga además de consumirla, ¿Cuánto tiempo estuvo usted vendiendo?
R: Una vez que ya acabas con todo lo que tienes contigo y también con lo que te va dando tu familia, ya te encuentras con que no tienes nada porque lo has vendido. Entonces me vi obligada a vender ya que robar no nos daba para costearnos las drogas porque éramos dos toxicómanos en casa. Estuve vendiendo hasta que entré en la cárcel.
“Enrique denunció mi casa, pero no sabía que estaba denunciándome a mí”
P: Su vida fue muy complicada, pero también hubo gente buena que le ayudó. Uno de ellos fue Enrique de Castro, el conocidocomo “cura rojo de Vallecas”, ¿En qué momento de su historia se cruzaron sus caminos por primera vez?
R: Antes de empezar a consumir drogas fue cuando le conocí. Yo conocía que ayudaba a gente del pozo, de entrevías…Él ya salía en la tele y se sabía que ayudaba a la gente humilde. Eso me impulsó a ir para pedir ayuda por mi marido. A los dos o tres años fue cuando yo necesité su ayuda.
P: En 2013 se publicó una entrevista a Javier Baeza, el cura sustituto de Enrique en la parroquia San Carlos Borromeo. En ella cuenta que en este momento denunciaron más de 200 puntos de venta de droga en el barrio donde usted vendía, ¿uno de ellos fue el suyo?
R: Sí. Fue mi casa. Él no sabía que estaba denunciándome, aún no teníamos confianza y cuando fue mi amigo le dije: “¿Te acuerdas que publicaste en el país esta calle y este número?, esa era mi casa”.
P: En la misma entrevista, Javier Baeza denuncia que algunos toxicómanos del barrio decían que la droga que se les incautaba “se perdía”, ¿Qué nos puede contar sobre este tema? ¿le ocurrió algo similar?
R: Ellos nos utilizaban, lo que me quitaban a mí se lo ofrecían a los que ellos quisieran, generalmente, a los gitanos.Y eso era conocido por todos, ya se sabía quién era el inspector que te lo quitaba, en manos de quién iba a parar y quién iba a pagar cárcel: aquellos que no estaban compinchados con la policía.
P: Finalmente la policía termina por arrestarla. Se le imputan varios cargos contra la salud pública y tras varios años de espera llega el juicio por todos sus delitos. En lugar de pena de cárcel el juez decide que ingrese en Proyecto Hombre. Pero no pudo finalizar su condena porque fue expulsada de esta plataforma ¿por qué ocurrió esto?
R: Con Proyecto Hombre tuve un grave problema. Yo en ningún momento estando en el programa me drogué. Pero fumaba como 3, 4 o 5 pitillos de más y me expulsaron. Querían llevarme a Cuenca, a la cárcel, a cumplir mi condena.
Me salté la verja de la comunidad de proyecto hombre, crucé un río y me cogió un camión empapada. Fui a mi casa a contarles lo que había pasado. Uno de mis hermanos y mi madre quisieron llevarme a la cárcel, pero otro de ellos dijo que no; y me llevó a la parroquia con Enrique. Allí me acogieron.
“Ya se sabía quién era el inspector que te lo quitaba, en manos de quién iba a parar y quién iba a pagar cárcel”
P: ¿En qué situación queda usted tras esta expulsión?
R: Después de esto volví a recaer en las drogas. Estaba de maravilla en Proyecto Hombre, llevaba mucho tiempo sin consumir.
A parte de esto, conseguí otro sumario más, por quebrantamiento de condena.
En este momento Enrique vuelve a ayudarme. Trata de llevarme a Canarias a un centro, porque como estaba en busca y captura no podía meterme en Madrid en ningún centro de rehabilitación. No llegué ni a pisar suelo canario. Allí me cogieron.
Después Enrique fue a declarar a mi favor. Gracias a esto, me anularon el quebrantamiento de condena. Estuve en Canarias un mes ya que Enrique intercedió para que cumpliese condena en Madrid.
P: Según tengo entendido, Enrique de Castro tuvo varios problemas por ayudar a gente como usted y muchas personas le dieron su apoyo, ¿fue usted una de esas personas?
R: Claro que sí. Cuando las personas a las que nos ha ayudado nos hemos enterado de que le pasaba algo nos hemos juntado. Toda la gente que sobrevive, le apoyamos.
P: ¿Cuándo consigue salir de las drogas?
R: Cuando me trajeron a Madrid desde Tenerife ya dejé de drogarme. Ya había caído lo más bajo que podía caer. Pero salir de las drogas no es nada real, porque por desgracia se sabe que una persona que ha sido toxicómana, va a serlo el resto de su vida. Lo vas superando pero es una lucha para el resto de tu vida. Aunque te sobrepones, vuelves a ser un poco más persona, siempre tienes el temor de la recaída.
P: ¿Le costó volver a reinsertarse en la sociedad?
R: Claro que te cuesta. Te Cuesta muchísimo pero una vez más, tuve a Enrique. Es que siempre ha estado ahí. Me consiguió un trabajo. Y a partir de ahí, todo ha sido seguir luchando y luchando.
P: ¿Qué fue lo más duro tu etapa como drogadicta?
R: Mi hijo. Lo más duro es reconocer cómo te ha machacado la vida, cómo la has tirado, cómo la has destrozado (rompe a llorar). Sobre todo por mi hijo, no he vivido su niñez, sus notas… Él sí, ha sido algo antinatural, él es el que ha tenido que cuidarnos. Y bueno, eso ya ha cambiado. Hoy puedo decir que le tengo, que no estoy muerta. Lo que ha podido ser y no fue, no sirve de nada, pero duele pensar que la culpa la han tenido las drogas.
P: Según me ha referido, uno de los motivos para concederme esta entrevista es que nadie vuelva a pasar por su experiencia ¿Qué le diría a un joven que esté viviendo un primer contacto con la droga?
R: Esta situación sigue igual o peor, porque ahora a la gente joven la masacran no con droga (como puede ser el opio, la heroína y la cocaína) ahora matan con sintéticos. Tú, ¿crees que puedes hablar conmigo? ¿Verdad? Más o menos soy coherente, puedo seguir una conversación, con mis problemas, con las secuelas que me haya podido dejar. Lo que te quiero decir, es que ahora no matan con cocaína, matan con crack que son los restos, lo que se tira. ¿Qué les voy a decir yo? Que me parece terrible que con la información que hay hoy en día sigan entrando en esa rueda. Esto es porque no se han dado cuenta de lo terrible que va a ser para el resto de su vida: que les va a quitar la alegría de vivir, la voluntad, la familia, todo. Pero mucho menos comprendo que los jueces, policías, gobierno, sigan permitiéndolo. Pero por otro lado entiendo, que ellos son los que ganan.
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